Para Gwen Murphy el calzado que llevamos en los pies no es un siemple elemento de vestuario, sino un fetiche del que emana una energía que alcanza a su dueño. Desde 2005, esta artista estadounidense (Massachusetts, 1963), moldea esculturas que intentan captar esa fuerza. Su trabajo, que titula Foot Fetish (Fetichsimo de pies), humaniza los zapatos que adopta —siempre pares viejos que encuentra abandonados, compra en tiendas de segunda mano o mercadillos o le envían— y les concede el derecho a tener cara y expresiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario